Prostitución política

Frecuentemente hemos escuchado que la prostitución y la política son las dos profesiones más antiguas del mundo, pero las dos eran actividades independientes y separadas, habían unas personas que se dedicaban a lo uno y otras personas dedicadas a lo otro. En la medida en que el sistema capitalista producía un incremento en la forma de cómo producir, con qué producir y qué producir, se diversificaba tanto lo que se producía y se diversificaban las profesiones, cada vez hay especialistas en aspectos o partes más pequeñas de cada actividad profesional, pero al mismo tiempo las exigencias laborales son mayores, antes era suficiente un título de colegio o segundo nivel, para ocupar puestos importantes, después esos títulos ya no servían y la exigencia era de títulos universitarios o de tercer nivel, en este milenio se exigen títulos de cuarto nivel, y un bachiller casi no encuentra ocupación, está calificado para muy pocas actividades, excepto la Presidencia de la Asamblea Nacional. Algunas actividades privilegian los títulos de quienes las ejercen, otras privilegian la experiencia y el conocimiento, algunas demandan la conjunción de todo eso. Las nuevas demandas académicas, llevaron a la viveza criolla, a la sapada, y evidentemente a la falsificación de títulos, a la compra de ellos, o la utilización de instituciones fantasmas donde todo es susceptible de compra-venta. Son de conocimiento público algunos de los casos donde personas sin calificación han ocupado altísimas funciones del Estado, con ausencia de título, de experiencia y de conocimiento, y todo eso ha sido reemplazado por la influencia política, que no es más que una forma de corrupción. Está fresca la defensa del Presidente Correa que metía las manos al fuego por su primo en funciones públicas, para luego con las manos totalmente quemadas reconocer la falsedad. Admirablemente con las manos quemadas, parece que perdieron sensibilidad y las siguió metiendo una y otra vez, por ex funcionarios, amigos, compadres, ministros, unos prófugos, otros encarcelados, enjuiciados, y otros a punto de ser descubiertos, sin descontar que algunos lograrán mantenerse invisibles y felices por siempre. Con los corazones ardientes y las manos quemadas se estableció la prohibición de que quienes tienen o se dedican a la actividad bancaria, no podían tener o dedicarse a la actividad en los medios de comunicación, deben dedicarse a lo uno o a lo otro; pero cómo es posible que hayan personas que han logrado combinar y dedicarse a dos actividades que deberían estar prohibidas de practicarse simultáneamente, la política y la prostitución; a la luz del sol realizaban las actividades legales de la política, y amparados en la obscuridad, no en la transparencia, cobraban por actividades ilegales de la política. Bajo el cuento de la revolución ciudadana, lograron unir los dos términos que titulan este artículo, lograron unificar las dos actividades más antiguas, para ser ejercidas por la misma persona, acuñaron un nuevo concepto, la actividad pública más rentable, y en las altas esferas del gobierno se dedicaron a la prostitución política.